LIMA. Inforegión conversó con el artista Fernando ‘Coco’ Bedoya en la Galería Revolver donde se expone su muestra «Tiros de Gracia». A tono con los nombres de la galería y de su muestra, nos dice que siempre se ha sentido como un francotirador en el arte. Es autodidacta. Si bien ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, fue censurado en el examen de ingreso. Por ello, se dedicó fundamentalmente a la pedagogía en Buenos Aires, Argentina.

La transgresión de Bedoya como insumo para hacer arte

«Fui descubriendo que el arte y el delito tenían una relación. Para hacer arte, tienes que transgredir ciertos hábitos de la cultura, sino va a seguir reproduciendo lo que se sabe y en realidad lo que ha pasado en el arte latinoamericano, es que ha reproducido siempre el arte europeo», refiere.

Coco Bedoya

Esa convicción y proceso de búsqueda lo llevó a observar a locos, presas y homicidas. «Me empezaron a interesar los espacios de conflicto. La institución del arte siempre fue muy conflictiva, era como ir nuevamente a la escuela. Es como estar preso de alguna forma», sostiene.

Hablando de reproducir lo conocido, citó que se piensa al indigenismo como una escuela peruana por excelencia. Sin embargo, «es más argentino que peruano porque allá se llamaba Incaísmo», manifiesta el artista. Pero reconoce que fue formado por los indigenistas, los viejos pintores de la escuela del pintor cajamarquino José Sabogal.

Seguidamente compartimos unos comentarios que este «francotirador» del pincel formuló sobre dos cuadros suyos. Cabe citar que la exposición de su obra en la Galería Revolver va hasta el 24 de noviembre en su local del Jr. Centenario 114 Barranco.

Saliendo de la subjetividad

Abordamos un afiche suyo que muestra la cara del dictador argentino Jorge Videla hecha en una hoja de afeitar. Una vez terminado, Coco lo muestra a las Madres de Plaza de Mayo y ellas aceptaron esta manifestación estética de lo que representó la represión brutal que impulsó el dictador argentino.

«Es genial cuando tú logras salir de la subjetividad. Esto es vida pública frontal y esto es en la vía pública y se hace político, porque es orgánico, con los organismos de derechos humanos que luchaban en Argentina contra la dictadura. (Esto es) diferente con un arte ideológico hecho para una galería», nos refiere el artista.

La Pasteleada

En el Perú, ‘pastelero’ es un término coloquial que designa a un consumidor de drogas. Y por lo dicho anteriormente, no sorprende que Coco los haya analizado y quizá haya ‘pasteleado’ también. Ahora hablamos de «La Pasteleada», un cuadro hecho en pastel que muestra a gente consumiendo pasta básica de cocaína.

La obra se vincula al escritor Sergio Mulet, quien le regaló su novela «Tiro de Gracia», título que Coco tomó, años después, para llamar así a la muestra que presenta en la galería Revólver. Mulet le permitió conocer a gente involucrada en la filmación de una película sobre Tupac Amaru.

«Entonces bueno, yo estaba haciendo esta pintura cuando me involucro con la historia de esta película de Tupac Amaru, en plena dictadura de Morales Bermúdez. Este personaje terminó haciendo el guion para esa película y esa película nunca se hizo porque fue un pase de cocaína», recuerda Bedoya.

Sobre Fernando ‘Coco’ Bedoya

Bedoya es un artista peruano que nació en 1952. Se ha destacado como pintor y grabador. Reside en Argentina desde finales de la década de 1970. Es reconocido como una figura clave de conexión entre el activismo político y artístico entre ambos países.

Algunas se sus obras más conocidas son «Medio Mundo varieté (Half a Variety World)», «Nada con Pinochet! (Nothing with Pinochet!)» y «Legión extranjera (Los cortados) (Foreign Legion – The Cuts)», «Artista en residencia», etc.